miércoles, 24 de enero de 2018

LAS CÁNTIGAS DE SANTA MARÍA DEL REY ALFONSO X

Las Cantigas de Santa María recogen varios milagros de la Virgen ocurridos en vida del propio Alfonso, a personas de su entorno inmediato o incluso a él mismo. La cantiga 142 ofrece un ejemplo de ello: en ella, un servidor del rey es rescatado de morir ahogado por intervención de la Virgen durante una jornada de caza. Te ofrecemos aquí desordenadas las miniaturas que ilustran el portento, procedentes del Códice rico de El Escorial (ms. T.I.1). Lee y escucha el texto de la cantiga, y ordena las viñetas conforme a la secuencia siguiente:

Santa María rescata a un siervo del rey de morir ahogado

1. El rey don Alfonso lanza un halcón a una garza;
2. El halcón hiere en un ala a la garza, que cae a un río;
3. El rey pide a voces que alguien entre a por la garza;
4. Un hombre entra a por la garza y está a punto de ahogarse;
5. Santa María hace salir al hombre del río con la garza en la mano;
6. El hombre entrega la garza al rey y todos alaban a la Virgen.

Clave: ten en cuenta que el artista, para conservar la armonía estética del conjunto, distribuyó en una misma columna las escenas de la orilla y en la otra las del río.

https://www.youtube.com/watch?v=D_L-9HzoNgM&feature=youtu.be



Cómo Santa María quiso proteger de la muerte a un hombre del rey que entrara por una garza en un río.

En gran dificultad siempre viene a socorrer
la Virgen a quien confía en su bondad.

Cómo, cierta vez, socorrió, ante el rey
don Alfonso, como ahora os diré,
a un hombre que hubiera muerto, bien lo sé,
si no hubiera sido por La que nos guarda.
En gran dificultad siempre viene a socorrer...

Esto sucedió en el río que suelen
llamar Henares, adonde el rey había ido a cazar,
y resulta que un halcón suyo mató
a una garza confiando en su mucha superioridad.
En gran dificultad siempre viene a socorrer...

Pues aunque la garza se remontó mucho,
aquel halcón la alcanzó presto
y, de un golpe, le quebró un ala,
y cayó al agua de tal manera
En gran dificultad siempre viene a socorrer...

que los perros no podían alcanzarla,
porque el río corría poderosamente,
por lo que habrían de perderla.
Pero el rey dio voces: «¿Quién será, quién,
En gran dificultad siempre viene a socorrer...

el que entre por la garza
y la consiga pronto y me la traiga aquí?»
Y uno de Guadalajara
dijo así: «Señor, yo la traeré a este lado
En gran dificultad siempre viene a socorrer...

del río». Y luego en él se metió
con sus botas, que no se las quitó,
y se llegó hasta la garza y la cogió
por la cabeza, y quisiera
En gran dificultad siempre viene a socorrer...

volver, porque tenía muchas ganas
de darle la garza al rey, su señor.
Pero el agua le rodeó,
de forma que le hizo perder el sentido.
En gran dificultad siempre viene a socorrer...

Porque la fuerza del agua le tomó de tal modo
que le sumergió dos o tres veces,
pero él llamó, muy cortés, a la Virgen
que parió a Jesucristo en Belén.
En gran dificultad siempre viene a socorrer...

Y todos, a su vez, se sumaron a ello;
pero el rey dijo: «No le pasará mal alguno,
porque no lo permitirá la Madre espiritual
que nos guarda y nos tiene en su poder».
En gran dificultad siempre viene a socorrer...

Y, aunque todos decían: «Está muerto»,
el rey decía: «No lo está, a fe mía,
porque no lo permitirá Aquella que está
siempre con Dios y que no nos abandona».
En gran dificultad siempre viene a socorrer...

Y así fue, porque de inmediato (de verdad lo digo),
lo hizo la Virgen salir del río,
sano y salvo, y venir hasta el rey,
con su garza, que trajo de tan dentro.
En gran dificultad siempre viene a socorrer...

Y fue a dársela, sin demora, al rey,
que bendijo mucho a La de buen talante,
por este milagro que hizo tan grande,
y todos respondieron al instante: «Amén».
En gran dificultad siempre viene a socorrer...