martes, 24 de mayo de 2016

Espada de ceremonia de los Reyes Católicos

Espada de ceremonia de los Reyes Católicos

Tipo de objeto:
Espada
Autor:
Taller español
Fecha:
Hacia 1490
Materia y técnica:
Acero grabado y dorado, latón, madera y tejido
Dimensiones:
134 x 27 cm. Peso: 1835 gr
Colección:
Armerías de Carlos V y Felipe II
Localización:
Número de inventario:
10000585, G.1
Descripción:
Esta espada perteneció a los Reyes Católicos y constituye uno de los objetos más emblemáticos de la Real Armería. Se trata de una espada de dos manos, con pomo hexalobulado de campo calado por cuatro círculos y arriaz recto rematado a manera de medias lunas, todo ello grabado y dorado. La hoja, de sección almendrada, está marcada por un círculo inscrito por un cuadrado de lados prolongados. El pomo está decorado con una haz de flechas grabado en el anverso y un yugo atado por un nudo gordiano y follajes en el reverso, emblemas de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón respectivamente. En el anverso de los brazos del arriaz figura el lema TANTO MONTA de Fernando de Aragón, completado en el reverso por la invocación mariana O MATER DEI ME  MEMENTO MEI.
Esta  espada se encontraba en la armería imperial entre las armas que Carlos V heredó de sus abuelos maternos, por lo que figura en el llamado Inventario Iluminado de la Real Armería acompañada por una vaina carmesí bordada con los emblemas reales.  El carácter ceremonial de esta espada está confirmado por el inventario de los bienes de Carlos V conocido como la Relación de Valladolid de 1558 y por el inventario de la Real Armería de 1594, donde se describe, respectivamente, como “Una espada ancha vieja de armar Cavalleros con pomo llano y agujereado y cruz dorada” y como “Otra espada de entradas  con Vna bayna de rraso carmesí bordada con las Armas de castilla y aragon”.
El estoque real simbolizaba la suprema justicia que residía en el soberano, por lo que hasta el siglo XVIII fue  utilizado en ceremonias de corte como las investiduras de caballeros, las juras de  los príncipes de Asturias o las entradas triunfales de los monarcas en las ciudades. En ellas  era llevado con la punta hacia arriba. El privilegio de portar el estoque recaía en los condes de Oropesa desde 1488, fecha en la que Fernando el Católico concedió dicha gracia a Fernando Álvarez de Toledo, I conde de Oropesa.

La 'bomba' de los Reyes Católicos

La 'bomba' de los Reyes Católicos durante la toma de Málaga

La piedra que se ha encontrado en la iglesia de Santiago
La piedra que se ha encontrado en la iglesia de Santiago / Sur
  • La obra de la iglesia de Santiago saca a la luz una piedra esférica que pudo ser utilizada como bolaño por las tropas de Isabel y Fernando en 1487

Uno de los episodios más destacados de la historia de Málaga lo constituye la toma de la ciudad por los ejércitos de los Reyes Católicos en el año 1487. Las crónicas hablan de un asedio de varios meses en los que los musulmanes intentaron por todos los medios que las tropas del rey Fernando no penetraran en la ciudad, por entonces rodeada por una muralla de tapial, compuesta por cal y arena, de unos dos o tres metros de grosor. Aquel cerco fue uno de los principales obstáculos que se encontró el ejército de los Reyes a la hora de alcanzar sus propósitos. ¿Cómo lo hicieron?
Una de las respuestas a esta pregunta se ha encontrado durante las obras de reparación del interior de la céntrica parroquia de Santiago, el primer templo cristiano de la Málaga católica, construido en estilo mudéjar apenas tres años después de la toma de la ciudad, en 1490. Las excavaciones ya realizadas en el interior de esta iglesia por parte del Obispado, bajo la dirección del arquitecto técnico Pablo Pastor, han incluido la limpieza de varias criptas subterráneas que estaban cegadas por montañas de escombros.
En una de ellas, en concreto en la situada bajo la capilla en la que se venera la imagen de Jesús de Medinaceli, ha aparecido un objeto que ha llamado poderosamente la atención de los arqueólogos. Se trata de una piedra esférica de gran tamaño que, según explicó la arqueóloga Ana Arancibia Román, encargada de supervisar las excavaciones en Santiago, ha sido identificada como uno de los bolaños que las tropas de los Reyes Católicos lanzaron con catapultas contra la muralla musulmana con el objetivo de desestabilizarla y poder penetrarla.
Obras en la iglesia de Santiago
Obras en la iglesia de Santiago / Salvador Salas
“En las excavaciones que se han realizado en los últimos años en el entorno de la muralla medieval han aparecido piedras como esta, pero creo que es la de mayor tamaño que hemos encontrado hasta ahora”, señaló Arancibia, quien aclaró que posiblemente se lanzaban contra la muralla con una especie de catapultas accionadas por algún resorte. “Seguramente tuvieron que lanzar bastantes para poder dañar suficientemente la muralla. No hay que olvidar que junto al lugar en el que se construyó la iglesia de Santiago estaba justamente la puerta de Granada, por la que se dice que entraron victoriosas las tropas católicas”, expuso esta arqueóloga. Alguien quiso que ese bolaño, lo que hoy podría considerarse como una de las 'bombas' lanzadas por los Reyes Católicos en la toma de Málaga, permaneciera en este lugar pese a las transformaciones que ha experimentado con el paso de los siglos. Su conservación en una de las criptas de la iglesia de Santiago ha permitido que ahora haya podido descubrirse.

Los éxitos de los Reyes Católicos dejaron a los europeos boquiabiertos

Fernández Álvarez: "Los éxitos de los Reyes Católicos dejaron a los europeos boquiabiertos"

Elena Sanz
Ver galería Los 10 reyes que han durado más en el trono m-fernandezPocos historiadores han conseguido como él interesar al gran público con sus biografías sobre los monarcas españoles de los siglos XV y XVI. Manuel Fernández Álvarez ofrece a MUY HISTORIA su autorizada visión sobre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.

-De quién partió la idea de unir en matrimonio a Isabel y Fernando de Aragón?
-La idea fue del padre de Fernando, Juan II de Aragón, que deseaba una alianza firme con Castilla para hacer más estable su situación en la Península, habida cuenta de los problemas que tenía con Cataluña y sus pugnas con el reino de Navarra.

-Resulta extraño que Enrique IV no luchara para imponer a su hija, Juana la Beltraneja, como futura reina de Castilla, en lugar de su hermanastra Isabel.
-Esa actitud tuvo mucho que ver con el carácter pusilánime que tenía Enrique IV. En cualquier caso, el Rey hizo algún intento para mantener a su hija Juana como futura heredera de la Corona de Castilla, ya que impuso a Isabel unas condiciones tales que hacían poco probable su llegada al trono algún día. El Rey pretendía que se casara con un príncipe portugués, de tal forma que, a su muerte, fuera su hija Juana la que heredase el trono de Castilla. Arropada por un buen equipo de asesores y por su propia inteligencia, Isabel negoció a su vez una cláusula en la que se reservaba la libertad de elección en su matrimonio. Cualquiera de los dos podía engañar al otro. Finalmente, Isabel eligió a Fernando, que aportaba el Reino de Aragón y su juventud, lo que obviamente disgustó a Enrique IV.

-¿Cuáles fueron las razones del levantamiento de parte de la nobleza contra Enrique IV en la Farsa de Ávila?
-La facción de nobles reunidos en torno a la Liga se enfrentó a Enrique IV y proclamó nuevo rey a Alfonso, el hermano pequeño de Isabel. Para una parte de Castilla, aquel muchacho de 13 años era el monarca legítimo, lo que convertía a Isabel en la heredera del trono mientras Alfonso no tuviera descendencia. Pero el infante-rey murió el 5 de junio de 1468, lo que complicó el futuro de Isabel. Sin embargo, uno de los rasgos de su carácter fue el sentido de la realidad. Supo afrontar la situación y ganar las batallas políticas que se le fueron presentando. Viendo la dificultad de aquel paso, se comprometió con Enrique IV a no hacer nada en su contra mientras él viviera. Pero a su muerte, ella ocuparía el trono.

-¿El matrimonio de Isabel y Fernando fue un enlace político o se trató de una unión sentimental en toda regla?
-En un principio, fue un negocio de Estado, un mero matrimonio político. Pero pronto derivó en una verdadera unión sentimental.

-En su libro, usted cuenta la boda de los jóvenes príncipes como si fuera un capítulo de una novela de caballerías.

-Es que fue así. Isabel era la princesa joven y rubia que estaba cautiva, el Rey la mantenía en semicautiverio. Además, iban a obligarle a contraer matrimonio con un viejo rey portugués, mucho mayor que ella. El joven Fernando de Aragón fue el caballero que realizó la proeza de disfrazarse de mozo de mulas para pasar desapercibido por una Castilla controlada por los hombres de Enrique IV. Culminó con éxito aquel peligroso viaje y logró liberar a la princesa y casarse con ella. Un final feliz muy propio de una novela de caballerías.

Fernando de Aragón fue el político más hábil del Renacimiento

-¿Podría describir cómo era Fernando de Aragón?
-Era un hombre aguerrido, muy preparado militarmente e inteligente, tal y como demostró en su reinado. Fue el primer gran capitán de los tiempos modernos, el que ganó la batalla de Toro y el que reconquistó Granada. Hernando del Pulgar (cronista de los Reyes Católicos) lo describe como de mediana estatura, algo más alto que ella. Pero, en contraste con la rubia Isabel, él era de pelo muy negro. Tenía el don de gentes y era muy mujeriego, pero también un hombre discreto, dueño de sí mismo y un verdadero rey-soldado. Sin duda, fue el político más hábil del Renacimiento y su prestigio fue tan grande que le glosó el propio Maquiavelo.

reyes-catolicos-¿Y cómo era la Reina?
-Si nos quedamos con el rostro del cuadro de Juan de Flandes, Isabel es una mujer ya mayor, apartada de las cosas mundanas, con un aire muy monjil y poco atractiva. Pero la imagen de la Reina cambia si nos atenemos al cuadro la "Virgen de la mosca" (de pintor flamenco desconocido) que se conserva en la Colegiata de Toro, en el que se ve a una joven rubia muy hermosa. Esa es la mujer que enamora a Fernando. Desde el punto de vista cultural, Isabel llegó a entender que no podía pasar a la historia como una gran reina sin impulsar la arquitectura y las letras. De hecho, logró reunir una gran colección de pintura. Como representante del Estado, fue una mujer dura. Pero luego hay una etapa final en su vida en la que la mujer de Estado dio paso a la mujer santa.

-Hay quien la critica por su fundamentalismo religioso.
-Nunca me lo he planteado en esos términos tan rigurosos. Pero sí es cierto que hay que pensar que el carácter de Isabel iba en esa línea cuando decidió apoyar la Inquisición y ordenó la expulsión de los judíos.

-¿Cuál de los dos monarcas decidió dicha expulsión?
-Es difícil deslindar la voluntad de Fernando y de Isabel. Hay un gran debate al respecto. En todo caso, yo diría que Isabel veía en la Inquisición un instrumento para vigilar la fe y el buen orden cristiano. En aquella época, los judíos no perdonaban a los conversos su traición y su afán de engrandecerse. Los intentos de los judíos por atraer a estos conversos y el peligro de que algunos se judaizaran (hubo cristianos conversos que se reconvertían al judaísmo) pudieron motivar aquella respuesta tan dura de los Reyes Católicos.

-¿El Tribunal de la Inquisición fue un instrumento político en manos de los Reyes Católicos?
-Fernando percibió lo que suponía para el poder regio el contar con un Tribunal tan poderoso, capaz de extender su jurisdicción sobre toda España. Pero aquel instrumento hizo que los Reyes fueran demasiado servidores de una intolerancia religiosa. No hay ninguna duda de que miles de personas fueron quemadas vivas tras ser condenadas por la Inquisición. Fue una crueldad tremenda.

-Usted cuenta en su libro lo que le ocurrió a la pobre Pampana...
-El fiscal acusó a aquella mujer de haber comido carne toda la Cuaresma, especialmente un guiso de gallina. La tal Pampana, que en realidad se llamaba María González y estaba casada con Juan Pampán, fue acusada de judaizar y con tales pruebas fue condenada a ser quemada viva, con otras 33 personas que fueron igualmente enviadas a la hoguera por los inquisidores de Ciudad Real, en 1484.
-Parece ser que el propio Vaticano afeó la conducta a los Reyes Católicos.
-El Pontificado de Roma quedó espantado de las cosas que estaban haciendo los reyes de Castilla y Aragón, y no quiso ser solidario de algo tan anticristiano. Se produjo un fuerte forcejeo entre Roma y Fernando el Católico, que no estaba dispuesto a dejarse arrebatar el privilegio que tenía con la Inquisición. El Papa terminó arrugándose, ya que temía perder el apoyo de dos monarcas tan poderosos y tan necesarios en aquella cristiandad amenazada por los turcos.

-Pero, frente a ese aspecto oscuro, el reinado de Isabel y Fernando tuvo también un lado de gran brillantez. En su opinión, ¿cuáles fueron los grandes logros de los Reyes Católicos?
-Aquella España se presentó con tal poder, que toda Europa intuyó que una nueva época iba a dar comienzo. En pocos años, los dos monarcas apaciguaron sus territorios, lograron reconquistar el reino nazarí y colaboraron con su ayuda al descubrimiento de una nueva ruta atlántica hacia las Indias Orientales. La toma de Granada hizo desaparecer la frontera sur con el mundo musulmán, lo que dio mayor seguridad a Castilla y a la propia cristiandad europea. Aquella hazaña, que llenó de prestigio a los reyes Fernando e Isabel, fue un milagro político. Sus logros dejaron boquiabiertos a los europeos

-¿Quién fue el impulsor de la toma de Granada?
-Así como Fernando fue el gran soldado y el estratega que logró el éxito militar, Isabel fue el alma de aquella empresa. En 1483 murió en Francia Luis XI, que poco antes, sintiéndose en sus últimos momentos, expresó sus dudas en cuanto a la licitud de su apropiamiento de los condados de Rosellón y Cerdeña. Viendo Fernando que tenía la oportunidad de consolidar el reino de Aragón con la anexión de dichos condados, decidió que ya había hecho mucho trabajo para Castilla. En aquel momento dejó la campaña en Andalucía. Sin embargo, Isabel le dijo que ella iba a permanecer en su puesto para llevar a cabo la tarea que tenía encomendada, que no era otra que la toma de Granada. Fue un momento de gran tensión y desavenencia entre ambos, que degeneró en una crisis matrimonial. Pero la postura firme de Isabel hizo que su marido cediera y retomara la campaña contra los musulmanes.

-¿La guerra para reconquistar Granada contó con el apoyo popular necesario?
-Aquella guerra se libró contra el infiel y por lo tanto en los territorios cristianos fue una guerra popular. Los pueblos salían con fervor al paso de las tropas de Fernando. El esfuerzo por reconquistar Granada tuvo tal apoyo social, que su recuerdo ha perdurado en el arte. En la estela funeraria de la figura del Doncel de Sigüenza, que se llamaba Martín Vázquez de Arce, se dice con orgullo que había estado en la campaña militar de la Vega de Granada, donde murió en 1486. De Francia e Inglaterra llegaron cruzados para colaborar en la lucha contra los musulmanes. Toda la cristiandad entendió que en Andalucía se estaba librando una guerra muy importante contra el islam. Aunque fue una obra de Castilla y Aragón, tuvo mucho de europea, ya que la toma de Granada venía a ser un desquite de Europa por lo sufrido en la caída de Constantinopla.

-¿Aquella guerra tuvo algo de cruzada caballeresca?
-Fue una guerra llena de lances caballerescos, aunque no hay que olvidar que en ella se aplicaron nuevas técnicas bélicas. Fue una guerra moderna en la que, si bien quedaban aspectos de cruzada medieval y caballeresca, se atacó de forma global tanto a las formaciones militares como a toda la población civil.

-¿Qué técnicas militares introdujo Fernando el Católico?
-En la batalla de Ronda, Fernando utilizó la artillería de una forma muy activa. Primero asediaba la plaza, luego lanzaba pellas incendiarias y, finalmente, la bombardeaba con artillería. Aquellos ataques provocaban tal pavor que la propia población asediada pedía a sus tropas que negociaran con el atacante o rindiesen la ciudad. Los bajorrelieves de la sillería de la catedral de Toledo, de Rodrigo Alemán, constituyen un testimonio gráfico impresionante de cómo eran aquellos asedios. Cada una de las sillas está dedicada a un momento de la guerra de Granada, formando una crónica de las campañas militares para la reconquista del reino nazarí.

-¿Cuál fue el impacto político de la derrota musulmana?

-En los años siguientes a la toma de Granada, España demostró a las claras que se había convertido en la primera potencia de la cristiandad. Aquel éxito de los Reyes Católicos tuvo su continuidad con el apoyo que brindaron a Colón para conseguir alcanzar las Indias Occidentales o, más bien, América.

Colón era un gran navegante, pero un pésimo gobernante


-Parece increíble que los Reyes Católicos apadrinaran la empresa de un marino de cuyo sano juicio muchos dudaban. ¿Qué sucedió para que el proyecto de Colón fuera aprobado?
-El descubrimiento de América llegó como un regalo. Así como la toma de Granada fue una apuesta consciente para la recuperación de un territorio, la aventura de Colón fue una casualidad. Muchos dudaban de la viabilidad de aquella empresa. Una carta de Fernando el Católico (1512) que encontré en los fondos documentales de la Colección Muñoz de la Real Academia de la Historia resulta muy reveladora de su escepticismo. En ella, el Rey comentaba indignado las peticiones que imponía Juan Ponce de León para ir a descubrir nuevos territorios en las Indias Occidentales, unas exigencias que eran muy similares a las que había planteado Colón años antes. En su carta, Fernando señalaba que Colón se enfrentó a la dificultad de hallar unas tierras sin que hubiera esperanza alguna de tener éxito. Por el contrario, Ponce de León ya tenía el camino allanado. Por lo tanto, no podía exigir lo mismo. En cualquier caso, lo que desvela la carta es el escepticismo que sintió Fernando ante la empresa que le propuso Colón. Estaba seguro de que todo iba a ser un fracaso.

-¿Y por qué finalmente dio el visto bueno a Colón?
-Precisamente porque pensaba que no iba a descubrir nada. Las peticiones desorbitadas de Colón, al que consideraba un advenedizo, no irían a ningún sitio. Hay que recordar que el navegante exigió los cargos de Virrey y Gobernador General de todas las tierras descubiertas y el título de Almirante del Mar Océano, lo que le equiparaba con la alta nobleza castellana y con un Enríquez, tío de Fernando el Católico, que fue Almirante de Castilla. Al principio, el Rey se encolerizó mucho con las pretensiones de ese personaje. Pero luego comprendió que aquello no tenía tanta importancia. Fernando estaba seguro de que aquel aventurero no iba a volver y si volvía sería con el rabo entre las piernas. Además, la empresa tampoco era muy costosa y con su apoyo complacía a la Reina.

-¿Qué razones tuvo Isabel para impulsar aquella aventura?
-Aunque la empresa que proponía Colón parecía una quimera, hubo dos aspectos que fueron determinantes en el apoyo de Isabel. Por incierta que fuese la aventura, una reina con una entidad como la suya no podía dejar en manos de otro monarca la posibilidad de ser protagonista de un gran descubrimiento. A eso se añadió que se podían encontrar nuevos territorios donde propagar la fe, algo muy importante en aquel momento para Isabel, que ya se encontraba en su etapa de mayor fervor religioso.

-¿Los Reyes Católicos fueron conscientes de la importancia del Descubrimiento?
-Al principio se produjo un cierto desencanto. Colón era un gran navegante, pero un pésimo gobernante. Sus desaciertos en el gobierno de La Española (actual República Dominicana y Haití) fueron enormes. Pese a todo, los Reyes comprendieron muy pronto que el Descubrimiento significaba una enorme posibilidad de expansión de territorios. Los Reyes Católicos sabían que lo descubierto era tan sólo una fracción de un mundo inmenso. En su testamento, Isabel dispuso que las Indias quedaran incorporadas a la Corona de Castilla, pero en agradecimiento al apoyo que tuvo de su marido dejó escrito que el Rey recibiese la mitad de lo que rentasen las islas y tierra firme del mar Océano.

-¿Contribuyeron los monarcas a la formación de la unidad política de España?
-Ellos pensaban en España, pero sin romper su diversidad. Su proyecto no era hacer unas Cortes de España, sino mantener por separado las de Castilla y Aragón. En aquel entonces había una frontera, una lengua y una justicia distintas. Fernando e Isabel empezaron a configurar una monarquía hispánica, una nueva estructura política plenamente europea, tal y como se entendía entonces Europa, que era el espacio de la cristiandad. Pero hubo que esperar dos siglos para hablar de una unidad política. Fue Felipe V de Borbón el que introdujo en España el esquema de una Francia centralizada. En realidad, en la época de los Reyes Católicos la única medida de unificación fue la religiosa.

Fernando Cohen

Cuando un castellano consiguió ser rey de la Corona de Aragón

Cuando un castellano consiguió ser rey de la Corona de Aragón

Fallecimientos inesperados, luchas fratricidas y conspiraciones de personajes siempre dispuestos a obtener poder. A primera vista parecería que describimos el argumento de alguna novela que contiene todos esos elementos, pero lo cierto es que la Historia está plagada de sucesos eventuales que, dándose de forma insólita, cambiaron el destino de todo un pueblo. Durante la Edad Media todos los reinos y territorios que formaban parte de la Corona de Aragón vivieron momentos turbulentos como consecuencia de la coyuntura socioeconómica y política, pero pocos episodios vividos anteriormente tuvieron tanta relevancia como la muerte del que se consideraba el último de una dinastía fundada siglos atrás por Wifredo I el Velloso.
A la muerte de Martín I los aspirantes al trono intentaron hacer valer sus derechos. Los que tuvieron más posibilidades fueron Jaime de Urgel y Fernando de Trastámara.
El 31 de mayo de 1410 fallecía Martín I el Humano, rey de Aragón, Valencia, Mallorca, Cerdeña y Sicilia, y conde de Barcelona. Martín I, segundo hijo de Pedro IV el Ceremonioso y de Leonor de Sicilia, había sucedido tiempo atrás a su hermano mayor, Juan I el Cazador, cuando éste había fallecido abruptamente sin dejar hijos legítimos vivos. El nuevo monarca, coronado en 1396, parecía asegurar la continuidad de la estirpe gracias a Martín el Joven, su primogénito y heredero. Aunque las crónicas describen al príncipe como un muchacho sano, valeroso y de grandes aptitudes, el joven no pudo resistir unas terribles fiebres que, producto de la malaria, le darían muerte en 1409. Consciente de la obligada necesidad de un heredero el monarca intentaría engendrar un nuevo descendiente legítimo tomando por esposa a la joven Margarita de Prades, aristócrata perteneciente a una rama secundaria de la casa de Barcelona. Sabiendo que dicha unión no aseguraba un retoño, y enterado de la existencia de un hijo ilegítimo de Martín el Joven llamado Fadrique de Luna, lo mandó traer desde Sicilia con el fin de prepararlo como príncipe al mismo tiempo que iniciaba las consultas pertinentes para legitimarlo.
Viendo improbable que dicha legitimación fuera posible por los escasos apoyos a su nieto (un niño de 9 años) en los sectores aristocráticos más poderosos, y sin que su unión con la nueva reina hiciera posible un embarazo, Martín I decidió nombrar Lugarteniente del Reino de Aragón y posteriormente Gobernador General de la Corona al conde Jaime de Urgel, marido de la princesa Isabel de Aragón y Fortiá. Designado con unos títulos que estaban reservados a los futuros herederos, Jaime de Urgel parecía erigirse como el candidato más idóneo a la sucesión a ojos del rey, a pesar del evidente rechazo hacia su figura. Y es que si bien su ascendencia, su edad, su residencia en la Corona de Aragón y sus relaciones con la familia real le otorgaban una posición más que privilegiada con respecto a cualquier otro hipotético pretendiente, su escasa habilidad política al formar parte de los enfrentamientos nobiliarios en Aragón y Valencia le reportaría muy poca popularidad entre las personalidades de mayor peso. Debido al repudio público por diversas acciones erróneas llevadas a cabo por Jaime de Urgel, Martín I revocaría su nombramiento días antes de su fallecimiento, iniciándose de este modo un complicado periodo en el que la Corona de Aragón, sin monarca y enfrentada entre sí, estaría sumida en una marcada inestabilidad.
Benedicto XIII (conocido como el Papa Luna, el antipapa aragonés), sabedor de su influencia en los territorios de la Corona de Aragón, daba abiertamente apoyo a Fadrique frente a las aspiraciones de otro infante, el francés Luis de Anjou. A pesar de la firme apuesta del eclesiástico por su candidato poco a poco se haría evidente que el aspirante con más posibilidades de acceder al trono era el castellano Fernando de Antequera. Hijo de Juan I de Castilla y de Leonor de Aragón y Sicilia, sus derechos derivaban de su parentesco: gracias a su madre Fernando era nieto de Pedro IV y sobrino de Martín I. Hombre dotado de gran inteligencia y astucia, sus ingentes recursos económicos le llevarían a ser considerado un más que digno sucesor del desaparecido monarca, a pesar del inconveniente que suponía para su candidatura desempeñar la regencia de Castilla (junto a su cuñada Catalina de Lancáster) durante la minoría de edad de su sobrino, el futuro Juan II.
Ferrando I
Fernando I el Justo (1380-1416), el primer monarca de la Corona de Aragón perteneciente a la dinastía de los Trastámara, tuvo un reinado muy breve. Alfonso V el Magnánimo, su hijo, le sucedería como rey
Beneficiado por la división entre aragoneses, valencianos y catalanes, de su prestigio militar y político, y de los recursos cedidos por las Cortes de Castilla, Fernando atraería el apoyo de numerosas familias nobiliarias de la Corona y del propio Papa Luna, que ambicionaba seguir manteniendo su influencia en la Corona de Aragón y en un posible rey que, siguiendo la tradicional obediencia castellana a Aviñón, le daría su apoyo en la lucha que mantenía con Gregorio XII, el Papa de Roma. Benedicto XIII, apoyado por el dominico Vicente Ferrer (patrón de la Comunidad Valenciana), decidiría reunir a nueve compromisarios que representaran a Cataluña, Aragón y Valencia, mientras que el antiguo Reino de Mallorca, excluido y sin poder de decisión, quedaría supeditado a la voluntad del resto de territorios de la Corona. Reunidos en Alcañiz y Tortosa los parlamentarios acordaron elegir nuevo monarca sin convocar Cortes Generales, delegando en un pequeño grupo de representantes la responsabilidad de elegir al nuevo rey.
Los compromisarios, reunidos en Caspe a partir del 29 de marzo de 1412, examinaron los derechos de los candidatos y, luego de atender largas negociaciones durante los siguientes meses con los diferentes aspirantes, resolverían dictar sentencia el 24 de junio de ese mismo año. En Caspe, y después de una pertinente votación, Fernando de Antequera se impondría a su más directo adversario, Jaime de Urgel. No aceptando los pretextos de los compromisarios reunidos, que alegaron que su elección se debía al grado de parentesco entre el castellano y Martín I, el aristócrata se rebelaría en contra del poder real. Nada pudo hacer Jaime de Urgel para detener la coronación del nuevo rey, quien antes de doblegar al conde y a sus partidarios, sería proclamado como tal el 28 de junio de 1412. A pesar de que muchos especialistas aciertan a señalar que Fernando I y sus sucesores introdujeron cambios muy poco relevantes (manteniéndose lengua, costumbres y derechos), el hecho de que se eligiera a Fernando I como nuevo monarca significaba la entronización de una nueva dinastía cuyo origen era castellano. Gracias a una serie de eventos inesperados, y contra todo pronóstico, los Trastámara se convertían en los nuevos reyes de la Corona de Aragón.

martes, 10 de mayo de 2016

La muerte de Felipe I El Hermoso

La muerte de Felipe I El Hermoso por un vaso de agua

Felipe I, mas conocido por Felipe El Hermoso (1478-1506), marido de Juana La Loca, murió en Burgos el 25 de noviembre de 1506 tras beber agua fría después de un partido de pelota.
Felipe I el Hermoso

domingo, 1 de mayo de 2016

ORIGEN DE LAS CORTES

Alfonso IX de León fue el primer monarca del mundo que convocó una asamblea que hoy la UNESCO reconoce como el primer precedente del parlamentarismo en el mundo. 

Los leoneses y no los ingleses “inventaron” el parlamentarismo en el mundo

Carlos Berbell

Gracias al cine y a la literatura nos hemos creído que los ingleses fueron lo inventores del sistema parlamentario y de la democracia. Lo han vendido bien, es cierto.
Todo el mundo se ha creído que nació en 1215, cuando la nobleza obligó al rey Juan Sin Tierra, hermano de Ricardo Corazón de León, a firmar la Carta Magna, para mantenerse en el poder. Todo el mundo cree que esa fue la primera vez en el mundo en la que el poder de un monarca se vio limitado por una asamblea; un precedente histórico del constitucionalismo clásico.
Pero no es verdad. No fueron los ingleses sino los leoneses nada menos que 27 años antes, en 1188. Concretamente en el Reino de León, por orden del monarca Alfonso IX.
O lo que es lo mismo, los españoles -como herederos de aquellos leoneses-.
Así lo reconoció y lo proclamó la UNESCO en 2013: León es el precedente histórico mundial más antiguo del parlamentarismo en el mundo.
En la primavera de aquel año, Alfonso IX convocó en la Iglesia de San Isidoro de León lo que entonces se denominaba Curia Regia, o consejo real, que hoy es considerado “el precedente institucional más cercano a las cortes”, o parlamento.
A dicha asamblea fueron llamados los representantes del clero, la nobleza, y, por primera vez en la historia, los “ciues electti”, representantes elegidos por el pueblo.

Los Decreta, la Carta Magna leonesa

“En el nombre de Dios: yo Don Alfonso, rey de León y Galicia, habiendo celebrado curia en León, con el arzobispo [de Santiago de Compostela] y los obispos y los magnates de mi reino y con los ciudadanos elegidos de cada una de las ciudades, establecí y confirmé bajo juramento que a todos los de mi reino, tanto clérigos como laicos, les respetaría las buenas costumbres que tienen establecidas por mis antecesores”, declaró Alfonso IX en los Decreta, la Carta Magna leonesa.
Los “Decreta” era un corpus documental que estaba compuesto por 17 estatutos o decretos que reconocían derechos, garantías y libertades y obligaba a todos los estamentos sociales, desde el monarca hasta el ciudadano más humilde, a cumplir la ley.
El Reino de León en aquel entonces comprendía lo que hoy es Galicia, Asturias, León y Extremadura.
De acuerdo con el catedrático de la Universidad de Westminster, John Keane, este impulso democrático se debió, en parte, a la necesidad de la Corona leonesa de obtener ingresos, tras el freno de la Reconquista. De ahí la participación del pueblo, como una contrapartida a la subida de impuestos.
A diferencia de la “Carta Magna” inglesa, no se conserva el texto original de los “Decreta” de 1188.
Sin embargo, las copias, contenidas en documentos diplomáticos medievales bastaron al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para solicitar, ante la Unesco en 2012, el reconocimiento de León como precursor mundial de las cortes democráticas. Un reconocimiento que se produjo un año más tarde.

Uno de los documentos que componían los Decreta, del Reino de León, anterior a la Carta Magna inglesa.

En el resto de Europa fue más tarde

En otros países europeos, la burguesía no participó en las decisiones políticas hasta el siglo XIII: en Alemania, la burguesía se incorporó a la Dieta en 1232; en Inglaterra, el estamento popular alcanzó representación en el Parlamento por primera vez en 1265; y en Francia, lo hizo más de cien años después, en 1302
Extraído de https://confilegal.com/20180128-los-leoneses-no-los-ingleses-inventaron-parlamentarismo-mundo/