lunes, 23 de marzo de 2015

BANDERAS QUE ONDEARON EN TRAFALGAR

El emblema de combate del «San Ildefonso» acabó en el Museo Marítimo de Greenwich, y el escudo del «Príncipe de Asturias» en el Museo Naval
NMM Greenwich
La bandera de combate del «San Ildefonso», capturado por el «HMS Defense», no se expone habitualmente
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Imagen del escudo de una bandera del «Príncipe de Asturias» que también combatió en Trafalgar
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Trafalgar: andanadas entre el «Santa Ana» y el «Royal Sovereign»
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Imagen de la batalla, justo antes del toque de Nelson
Las banderas gigantescas que ondearon en las enormes naves de la batalla de Trafalgar hoy son historia, tal vez solo textiles delicadamente envueltos en tisú, piezas de museo, pero antes fueron la gallardía y el coraje en un mundo en guerra. Esta es la pequeña historia de un par de ellas. sobre todo del emblema del «San Ildefonso», un navío que aquel día 21 de octubre de 1805 presentaba en la batalla 74 cañones y 669 almas. Había sido botado en Cartagena en 1785 y resultaba tan manejable y veloz que sirviría de prototipo a otros siete buques. De hecho, en Trafalgar iba en el grupo de exploración.
Tras la dureza del combate -seguida de una tempestad- sólo cuatro de las presas hechas por el inglés pudieron ser conducidas a Inglaterra: aquellos barcos eran el francés «Swiftsure», y los españoles «Bahama», «San Ildefonso», y «San Juan Nepomuceno». Cada barco que combatió aquel día está lleno de historias. Pero aquí miraremos las banderas de dos de ellos.
El Museo de Greenwich conserva una aguatinta publicada en el libro «The campaign of Trafalgar 1803-1805» de Canxton. El grabado muestra al «San Ildefonso» desarbolado y remolcado por el «HMS Defence». El buque español había registrado 34 muertos y 126 heridos durante la batalla. Eso sí, después de su captura y viaje a Londres sería reutilizado por la Royal Navy bajo el nombre de «HMS San Ildefonso».
Como Nelson murió durante la batalla de Trafalgar, algunas de las banderas de combate de los barcos apresados por su flota fueron desplegadas después en la Catedral de Saint Paul. Bajo la cúpula del templo, como muestran las pinturas de la época, los emblemas de la Armada Combinada asistieron a las honras fúnebres del héroe nacional que había logrado una victoria que cambiaría la hegemonía en los mares.
Después de muchas décadas en Saint Paul, la bandera del «San Ildefonso» fue llevada al Museo Marítimo de Greenwich. Allí ya no se expone por lo precario de su estado. Está envuelta en papel tisú, y en los últmos años solo se expuso y restauró con motivo del segundo centenario de la batalla.
El estandarte tiene grandes cicatrices. Algunos de los muchos agujeros que presenta la tela han sido ocasionados por el tiempo, otros vienen de la batalla. Pero los más visibles son debidos a que sufrió desgarros por parte de desaprensivos que buscaban un souvenir de la batalla y arrancaron trozos con cuchillos y tijeras durante algún tiempo.
Puesta a salvo por fin de las desmesuras del vencedor, la enorme dimensión de la bandera aún nos asombra, nos habla de los combates de aquella era. Pero deberíamos hablar de otra enseña: hay una tela hermana, en Madrid. Se encuentra en el Museo Naval y en ella se conserva el escudo de armas de Castilla y León, que llevaban todos los navíos de la Armada. Es otra bandera de Trafalgar, y perteneció al «Príncipe de Asturias», que era el buque insignia del teniente general de la Real Armada Federico Gravina y Napoli en el combate, aquel 21 de octubre de 1805. Hecha con lanilla, también esta bandera está muy deteriorada y tiene faltas de tejido y se encuentra remendada, cosida sobre una red.
En este caso es algo más pequeña de las banderas de popa, pues Gravina izó en Trafalgar en el tope mayor del «Príncipe de Asturias» la llamada «insignia de preferencia cuadra» de las ordenanzas.
Ambas, la de Greenwich y la del Museo Naval, son banderas hermanas, separadas por un océano de tiempo. Porque fue el «San Ildefonso» un navío español que, aunque apresado, logró antes de su derrota «aliviar» al «Príncipe de Asturias» del terrible asedio al que le sometían los buques de Nelson, luchando bravamente.
Hoy solo ondean en la historia.